3 de agosto de 2011

EL CORRELIN: ALGO MÁS QUE UN ENTRETENIMIENTO PARA NIÑOS

Quiero advertir previamente que mi experiencia en la confección de recorridos de este tipo se limita a la actividad desarrollada en el último año.
No he observado las actividades (correlines) montadas alrededor de otras pruebas de liga nacional, regionales,… y por tanto puedo estar hablando vaguedades sobre conceptos ya desarrollados más extensamente por otros.
En principio el “correlín” fue una actividad organizada, en muchos casos, para atender la demanda creciente de los orientadores con “pequeños” a los que entretener mientras ellos corrían su competición. Una guardería orientada ¿¿ a este deporte.
La orientación, digo una obviedad, no es un deporte en el que te limitas a buscar balizas con mapa y brújula; su conocimiento y entrenamiento consiste en desarrollar individualmente o en conjunto varias cualidades o capacidades cognitivas del individuo (más adelante escribiré sobre las cualidades cognitivas y los entrenamientos simulados). Así, en el caso de los niños con el “correlín” estaremos acostumbrándolos a espacios cada vez más amplios donde poner a prueba su seguridad, la toma de decisiones muy elementales, se familiarizan con la baliza y el proceso de pinzado,…la concentración.
Durante este primer año he pasado de montar el “correlín” más básico con cinta de balizaje discontinua hasta llegar a tres recorridos diferentes que he convenido en llamar de la siguiente manera que paso a definir:
Correlín básico
Consiste en un recorrido completamente guiado mediante cinta de señalización propia materializada de forma discontinua y apoyada en líneas de referencia claramente identificables en el terreno sobre una distancia aproximada de doscientos metros.
En la mayor parte del recorrido (o totalmente) los niños son visibles desde la salida.
Concebido para “peques” de 5 a 7 años, si muestran mucha inseguridad, pueden estar controlados por un monitor que los apoyo en todo momento.
Correlín plus
Este recorrido va un poco más allá. Pensado como primera iniciación para niños de 8 a 10 años de forma individual ( o parejas). Sobre una distancia de 400 metros, la cinta de balizaje puede abandonar las líneas de referencia para adentrarse por terreno con referencias menos evidentes. El recorrido se materializa igualmente con cintas de plástico colgadas de ramas u objetos, visibles de unas a otras.
Las balizas dejan de estas sobre el propio recorrido para situarse levemente a ambos lados de éste. Un monitor cumple la misión de vigilancia, prevención de incidentes y apoyo.
Micro
Junto al circuito de pruebas que organiza la universidad burgalesa se han montado unos pequeños recorridos urbanos o semiurbanos que cumplen perfectamente con este tercer escalón de iniciación infantil: Además de servir como calentamiento para corredores o circuito de iniciación adulto es un buen trabajo de iniciación para chavales de 8 a 12 años.
El “correlín” micro consiste en un recorrido “score” montado en los pueblos que acogen las mencionadas pruebas universitarias. Las balizas están situadas con precisión sobre un mapa con una gran escala (1:1000, 1:2000, incluso 1:500) Este mapa que en muchos casos no ocupa el tamaño de un folio viene acompañado de una leyenda “sobre el mismo mapa” es decir, cada objeto lleva su nombre al lado con lo que se pretende familiarizarlos con la simbología de orientación.
Por último, no quiero olvidarme de los más pequeños (hasta 4 años)
Correlín mini
En un recinto más o menos amplio, completamente cerrado (imposibilidad física), en el que se encuentran algunos objetos (juegos infantiles, mesas, sillas que no entrañen peligro alguno) se encuentran las balizas. Con un adulto que vigila y ameniza la actividad en todo el recinto.
Evidentemente, todas las apreciaciones que aquí hago sobre distancias y dificultades son fácilmente adaptables a las circunstancias y características del terreno mediante variables y variantes aplicadas al ejercicios.
Si bien tienen un alto componente recreativo, no por ello debemos olvidar que, al igual que en las fases de aprendizaje (de la orientación) se debe pasar por todos los escalones. Si un orientador, un niño en este caso, finaliza satisfactoriamente una actividad, cumpliendo todos los objetivos para los que estaba diseñada, podrá pasar inmediatamente a la siguiente: del “correlín básico” al “plus” o de éste al “micro” con las precauciones que la corta edad pueda entrañar.
Espero haber sido ameno y que sea de provecho para todos